Mil huevos dentro de uno

Hacer platos con imaginación no es tan difícil. Hoy, por ejemplo, os propongo un plato con mil huevos, algo que quizá a algunos les parezca una tontería, una receta imposible, pero no es cierto: yo mismo tuve este plato en mi carta de Can Fabes hará ya unos cinco años. Empecemos por dar una vuelta…

Hacer platos con imaginación no es tan difícil. Hoy, por ejemplo, os propongo un plato con mil huevos, algo que quizá a algunos les parezca una tontería, una receta imposible, pero no es cierto: yo mismo tuve este plato en mi carta de Can Fabes hará ya unos cinco años.

Empecemos por dar una vuelta por el mercado. Vamos a comprar a la pescadería. ¡Fijaos, qué huevas! Parecen de lubina o rodaballo… Son de lubina, seguro. A algún cliente no le gustaban, sólo ha querido los filetes de pescado y han dejado las huevas para quien las quiera. ¿Cuántos huevos hay ahí, en cada una de esas huevas? Cientos, puede que miles. ¿Veis cómo podemos hacer un plato con mil huevos? Y sin hacer trampa: yo nunca he especificado de qué iban a ser los huevos. Pero eso no es todo.

¿Tenemos huevos de gallina en casa? Media docena; de sobra, porque somos cuatro. ¿Y guardamos aún en la nevera aquel bote con huevos de salmón o de trucha? También podríamos comprar una lata de caviar prensado, que no es tan caro, y hacer una salsa. Será un entrante frío, ¿vale?

Recapitulemos: el plato llevará huevos de lubina, gallina, salmón y esturión (el caviar, claro).

Tomamos las huevas y las escaldamos. Una vez cocidas, las emulsionamos con el termomix o la batidora con nata líquida para obtener un puré cremoso, que sazonaremos con sal, pimienta, perejil y cebollino picados y un buen chorro de aceite de oliva. En Can Fabes, yo lo servía en una pieza de vajilla (un cuenco con tapadera) que parecía un huevo de avestruz: mil huevos dentro de uno. Vertemos en el fondo del recipiente el puré.

Escalfamos los huevos de gallina, uno por comensal. Los enfriamos y los colocamos en los cuencos, sobre el puré.

Diluimos el caviar prensado en nata líquida, lo rectificamos de sal, si es preciso, y añadimos los huevos de salmón o de trucha. Con esta salsa, napamos los huevos de gallina dentro del cuenco generosamente.

¡Y ya se pueden servir los mil huevos dentro de uno!

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